El 18 de abril de 2017, la primera ministra británica, Theresa May, anunció la convocatoria anticipada de nuevas elecciones generales el 8 de junio, explicando que ésa sería la “única manera de garantizar certeza y seguridad en los próximos años” y de tener un gobierno fuerte que negociora el Brexit con la UE.
En ese momento llevaba una ventaja de 17 puntos frente a los laboristas. Su estrategia era respaldar y reforzar la posición del Partido Conservador cuando el Reino Unido entrara de lleno en las negociaciones sobre el “brexit” con Bruselas. Todo el mundo hablaba de un Brexit duro.
Sin embargo, las cosas no le han salido como esperaba. Los conservadores han perdido la mayoría absoluta que tenía en la Cámara de los Comunes.El Partido Conservador sumó 318 diputados en el escrutinio de las elecciones generales, lejos de los 326 necesarios para tener la mayoría absoluta parlamentaria. Va a optar por un apoyo parlamentario de los unionistas del Ulster, que con sus diez diputados, pueden hacer variar los objetivos conservadores con el Brexit, sobre todo por su condición fronteriza con la República de Irlanda.
El resultado puede amenazar los planes de May en poner en marcha un “brexit” duro y ya se discute la posibilidad de la primera ministra de que retroceda en algunos puntos en las conversaciones con Bruselas.
El malestar por el resultado llevó a la diputada "tory" Anna Soubry a pedir a May que considere la posibilidad de dar un paso atrás, afirmando que la primera ministra “necesita considerar su puesto”.
La UE espera al Reino Unido para comenzar a negociar
El presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, confió en que las elecciones británicas del jueves no tengan un gran impacto en las negociaciones sobre el "brexit", la salida del Reino Unido de la UE. La UE deja claro que lo importante es el final y que ese final tiene un plazo. Mientras tanto, están a la espera de que los británicos den el primer paso.
"Espero que el resultado de las elecciones no tendrá un mayor impacto en unas negociaciones que estamos desesperadamente esperando", declaró Juncker en una rueda de prensa en Praga, donde participa en una conferencia de Defensa y Seguridad europea.
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, reconoció no saber cuándo empezarán las negociaciones sobre la salida del Reino Unido de la UE, tras conocer los resultados de las elecciones generales británicas, pero instó a lograr un acuerdo sobre el “brexit”.
"No sabemos cuándo empezarán las conversaciones sobre el 'brexit'. Sabemos cuando deben terminar. Hagan lo mejor para evitar una situación en la que no se alcance un acuerdo como resultado de la ausencia de negociaciones", escribió el político polaco en su perfil de la red social Twitter.
Las negociaciones están previstas que comiencen el 19 de junio y el proceso de separación tiene que concluir en dos años, como dice el artículo 50 del Tratado UE, que habla de la salida de un Estado miembro de la UE.
"Las negociaciones del 'brexit' deben empezar cuando el Reino Unido esté listo; el calendario y las posiciones de la UE están claros. Unamos nuestras mentes para lograr un acuerdo" afirmó el negociador jefe de la UE, Michel Barnier, a través de su perfil de Twitter, tras conocerse el resultado de las elecciones generales en el país.
Un gobierno debilitado no es bueno para la UE a la hora de negociar el “brexit”, declaró el comisario europeo de Presupuestos, Günther Oettinger, quien clasificó el resultado electoral como un “desastre para los conservadores”. El eurocomisario también señaló que la UE negociará de “manera dura pero justa”.
El comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici, consideró que la primera ministra británica "ha perdido la apuesta" que hizo al convocar elecciones para reforzar su mayoría parlamentaria.
El ministro alemán de Exteriores, Sigmar Gabriel, manifestó en rueda de prensa que el resultado de las elecciones en el Reino Unido expresa el deseo de los ciudadanos británico de que haya unas negociaciones "justas" con la UE y que se reflexione sobre el camino elegido para salir del bloque comunitario.
El jefe de la diplomacia alemana confió en que ahora se forme "pronto" un gobierno con el que se puedan entablar "negociaciones serias" y que permitan "mantener al Reino Unido tan cerca como sea posible de la Unión Europea".
Desde la Eurocámara, el líder del principal grupo conservador, Manfred Weber, dijo que el principio de las negociaciones tiene ahora una fecha "difusa", pero que "el reloj del brexit sigue corriendo, por lo que Londres necesita un Gobierno pronto".
Desde la bancada socialista europea, su líder Gianni Pittella acusó a la primera ministra Theresa May de "haber jugado con la UE y con Reino Unido" para buscar reforzarse con los comicios y dijo que visto el resultado "debería dimitir".
El nuevo líder del partido Fine Gael y futuro primer ministro irlandés, el democristiano Leo Varadkar, aseguró que el resultado de las elecciones británicas indican que el Reino Unido no tiene "un mandato fuerte" para negociar un "brexit duro".
El antiguo líder del eurófobo Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP), Nigel Farage, afirmó que teme que la falta de una mayoría absoluta para el Partido Conservador pueda suavizar los planes de la primera ministra para abandonar la UE. El UKIP, que en principio abanderó el proceso de salida de la UE, queda fuera ahora de la Cámara de los Comunes, e incluso su líder Paul Nuttall, ha tenido que dimitir.
El presidente del partido norirlandés Sinn Féin, Gerry Adams, consideró que May no permanecerá en su puesto tras perder la mayoría absoluta y felicitó al líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn.
El líder del Partido Liberal Demócrata, Tim Farron, consideró hoy que las negociaciones del "brexit" se deben "suspender" hasta que el Gobierno se replantee antes sus prioridades y opinó que la primera ministra, Theresa May, "debería dimitir" a raíz de los resultados de las elecciones.
La ministra principal escocesa, la nacionalista Nicola Sturgeon, aseguró que la jefa del Gobierno británico ha perdido su credibilidad tras las elecciones generales de este jueves. Pero más allá, ha dicho que May debe abandonar sus planes de negociar un Brexit duro. Sturgeon quiere que Escocia siga en el mercado único tras el divorcio de Londres con Bruselas.
El “Brexit”, el punto clave de la campaña electoral conservadora
El 20 de abril, a tan solo dos días del anuncio del anticipo de las elecciones , May dió a conocer que incluiría sus prioridades del “brexit” en su programa electoral. Entre las principales medidas defendidas por la política están el fin de la libre circulación de personas entre el Reino Unido y la UE y la salida del mercado único europeo y del Tribunal Europeo de Justicia.
Los posicionamientos y las posteriores decisiones de la candidata conservadora, considerados duros por los expertos, tendrían efecto directo sobre unos 3,15 millones de ciudadanos comunitarios que residen en el Reino Unido y unos 900.000 expatriados británicos que viven en diferentes países europeos, cuya situación sigue incierta.
El 29 de mayo, tras haber dicho que iba a dirigir la respuesta al atentado de Manchester, la primera ministra participó en un acto en Londres donde volvió a centrarse en la salida del Reino Unido de la UE. Allí afirmó que “los temas de esa campaña no habían cambiado desde hacía seis semanas”, cuando convocó las elecciones.
May también señaló que el “brexit” es importante porque es la base de muchas otras cosas,como la seguridad económica, el lugar de Gran Bretaña en el mundo y el futuro de los servicios públicos y de las oportunidades para las próximas generaciones.
Este mismo día, por la noche, los dos principales candidatos al cargo máximo del Reino Unido se enfrentaron en el programa televisivo “La batalla por el número 10”, tan solo a 10 días de las elecciones.
Después de diez meses evitando el confrontamiento directo (y tras de que la líder del Partido Conservador se negara participar en debates), Theresa May y Jeremy Corbyn contestaron a las preguntas del periodista Jeremy Paxman y del público.
En la ocasión, la primera ministra afirmó que una falta de acuerdo con la UE sería mejor que un mal acuerdo y señaló “estar dispuesta a levantarse de la mesa de negociaciones si la UE demanda el pago de 115.000 millones por el brexit”. La afirmación aludía al punto muerto de las últimas conversaciones con Bruselas sobre el coste del brexit y quien pagaría la factura.
Asimismo, May reiteró su disposición a afrontar las negociaciones con mano dura. La candidata conservadora también sufrió lo suyo para defenderse ante preguntas del público para justificar los recortes crónicos mientras estuvo al frente del Ministerio de Interior.
Estos recortes afectaron duramente a sectores como la educación, la sanidad pública y la seguridad. En esta última, May autorizó un recorte de 20.000 policías en las fuerzas de seguridad, hecho ferozmente criticado por Corbyn, que culminó pidiendo la dimisión de la actual Jefa de Estado británica siete días antes de las elecciones.
La primera ministra británica, Theresa May, llega al Centro de Ocio Magnet para el anuncio de la votación en el distrito electoral de Maidenhead, Gran Bretaña. (Foto: EFE/WILL OLIVER)
El 1 de junio, en un discurso en Teesside, May reforzó que “la promesa del brexit era promisora” y que ella tenía ambiciones para la separación de la UE y para el Reino Unido. “Gran Bretaña es un grande país. Un país que tiene orgullo de su herencia europea, pero que siempre ha mirado más allá de Europa”, declaró en el acto.
May aún afirmó que “tenía muy claro lo que debería hacerse para respetar la voluntad de los británicos”. En la ocasión, May acaparaba un 42% de los apoyos, mientras que el Partido Laborista (Corbyn) tenía un 39% del respaldo, a exactos siete días de las elecciones.
May, finalmente, enfatizó la relevancia de “brexit” como base de otros elementos cruciales.
En el último día de la campaña electoral, el 7 de junio, la candidata conservadora adoptó un tono más suave del que venía haciendo en las últimas semanas, puesto que las encuestas mostraban una amenaza de que el Partido Conservador podría no solamente no alcanzar la mayoría absoluta sino incluso perder escaños en la Cámara de los Comunes.
En el caso de que obtuviera menos escaños en la Cámara de los Comunes, que antes de la consulta del 8 de junio estaba en la cifra de 330, el desenlace de las elecciones supondría un resultado negativo para la primera ministra británica y sus retos para el divorcio de Bruselas. May dijo durante la campaña que con seis escaños menos, su fuerza para negociar en Bruselas quedaría mermada: ha perdido doce.
May prometió reencender el espíritu del país mediante el mejor acuerdo de “brexit” para el Reino Unido en Europa.
El proceso del Brexit
El ascenso de May y el divorcio de Bruselas
El 23 de junio de 2016 fue una fecha clave en la historia de la Europa reciente. Tras una consulta popular histórica en Reino Unido, 52% de la población británica decidió separarse de la Unión Europea (UE). El resultado culminó en la dimisión del primero ministro a la época, David Cameron, y en la repentina ascensión de su ministra del Interior, Theresa May, como Jefa de Gobierno.
Pese a la victoria por la salida de la UE, el resultado apretado dejó el país dividido y en riesgo de convertirse en un reino dividido.
Los 52% en favor del "brexit" contrasta con los resultados de Escocia, donde un 62 % de los votantes apostó por seguir en la UE frente al 38 % a favor del "brexit", y con los de Irlanda del Norte, con un 55,7 % de los sufragios frente a un 44,2 %. Este escenario de conflictos pone en duda la eficacia de Theresa May en lograr un acuerdo que sastifazca los intereses de todos los gobiernos regionales.
Sin embargo, en las elecciones generales del pasado jueves el Partido Nacionalista Escoces (SNP), comandado por Nicola Sturgeon, perdió 21 de los 56 escaños que obtuvo en las elecciones de 2015, con lo que se hace improbable que la ministra principal escocesa convoque un nuevo referéndum sobre la independencia. Pero su postura frente al Brexit queda intacta: Escocia quiere mantenerse en el mercado único.
No obstante, líderes políticos de estos dos países, contrários a las posiciones del Partido Conservador, chocan con las propuestas de Theresa May y defienden una ruptura más suave con Bruselas.
Nueve meses después de que los británicos comparecieran a las urnas para la consulta, May invocó el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que trata de la salida de un país miembro de la UE, notificando oficialmente la decisión al Consejo Europeo. Así, el 29 de marzo se activó el “brexit”, aunque las condiciones de la marcha sean inciertas.
En esa ocasión, el presidente del Consejo, Donald Tusk, declaró no haber “motivos para afirmar que era un día feliz, ni en Bruselas ni en Londres” y añadió que la comunidad de los otros 27 países miembros de la UE se mantendría “determinada y unida”. euroefe