Bruselas (EuroEFE).- El expresidente del Gobierno regional de Cataluña Carles Puigdemont dijo este martes que no ha ido a Bélgica para pedir asilo, sino a Bruselas como capital de la Unión Europea (UE), en un nuevo intento de llamar la atención de la comunidad internacional sobre la crisis catalana.
Puigdemont, durante una conferencia de prensa en Bruselas, no aclaró cuál será su futuro inmediato, aunque sí subrayó que no va a pedir asilo en este país y que solo volverá a España cuando tenga "garantías" de un "juicio justo".
En el esperado encuentro con medios de toda Europa y en donde no se aceptaron preguntas en español, el expresidente autonómico catalán dijo que "más que a Bélgica" ha ido "a Bruselas, donde se encuentran las instituciones europeas" porque "el caso catalán es una causa en torno a los valores en los que se basa Europa: la democracia, la libertad, la libre expresión, el acogimiento y la no violencia".
"Nos quieren meter en prisión 30 años (...) Esto va a acabar con la idea de Europa y es un error enorme que todos vamos a pagar muy caro", alegó Puigdemont, quien auguró que "al pueblo de Cataluña le queda un largo viaje por recorrer por delante".
Negó que su salida de España signifique un abandono de sus responsabilidades, pues dijo que las puede realizar "perfectamente" desde Bruselas.
"Nunca abandonaremos el Gobierno y vamos a seguir trabajando", dijo.
El político del PDeCat (centroderecha independentista) destacó que el Gobierno regional catalán en los últimos días ha decidido dar prioridad a la "seguridad, la prudencia y la moderación" ante lo que consideró una "ofensiva altamente agresiva y sin precedente contra el pueblo de Cataluña".
También señaló que su viaje no es una huida y aseguró que al ser ciudadanos europeos tanto él como el resto de exconsejeros regionales presentes hacían uso de su "libertad de circulación".
"Estamos aquí en perfecta legalidad y sin incumplir nada, por tanto no nos hemos tenido que esconder de nada", añadió.
Por otra parte, agregó que aceptará la convocatoria de elecciones autonómicas del 21 de diciembre y sus resultados, y preguntó al Gobierno central si también aceptará los "resultados mayoritarios de las fuerzas independentistas", en caso de que ese fuera el resultado electoral.
"Vamos a defender la idea de la demanda política y del proyecto" a partir "de una posición política y no jurídica", añadió Puigdemont, quien insistió en que su intención no es "escapar de la Justicia" porque su responsabilidad es "política".
El político catalán y sus consejeros regionales están cesados en aplicación del artículo 155 de la Constitución española y acusado por la Fiscalía de España por rebelión, sedición, malversación y otros delitos.
Puigdemont, que llegó a Bruselas el lunes, criticó lo que a su juicio es "politización de la Justicia" española y su "ausencia de imparcialidad".
Pese a asegurar que no estaba en Bélgica en busca de asilo, este mismo martes el abogado contactado por Puigdemont, Paul Bekaert, reiteraba a Efe que le había asesorado sobre la posibilidad de pedir asilo, una opción "no tan fácil", según el propio letrado.
Fuentes cercanas al político catalán explicaron a Efe que se quedará al menos "unos días" en la capital belga, y decidirá la duración de su estancia "en función de cómo evolucionen los acontecimientos".
Junto a Puigdemont han comparecido en la rueda de prensa seis exconsejeros autonómicos: Dolors Bassa, Toni Comín y Meritxell Serret, del independentista ERC (izquierda republicana), así como Joquim Forn y Meritxell Borràs (PDeCAT), y Clara Ponsatí (miembro de la independentista organización Asamblea Nacional Catalana).
También estaba en la sala, abarrotada desde una hora y media antes del comienzo de la rueda de prensa, el líder del partido Vlaams Belang (Interés Flamenco) y representante de la extrema derecha belga, Tom Van Grieken.
El primer ministro de Bélgica, Charles Michel (MR, liberales), subrayó en un comunicado que su Ejecutivo no ha invitado de ningún modo a Puigdemont y que, por contra, está "en contacto diplomático regular" con el Gobierno español.
Por su parte el viceprimer ministro de Bélgica y responsable de Economía, Kris Peeters (CDV, cristianodemócratas flamencos), se desmarcó de la presencia de Puigdemont en Bruselas y dijo que cuando un líder llama a la independencia, "más vale quedarse cerca de su pueblo". euroefe