WASHINGTON (AP) — La abrupta decisión de Donald Trump de suspender un ataque militar puede haber evitado un conflicto armado con Irán, pero dejó al desnudo una vez más lo imprevisible y poco confiable que puede ser el mandatario estadounidense tanto a nivel interno como en el exterior.
Trump llegó a la presidencia en buena medida porque se vendió como un gran negociador. Pero su tendencia a forzar las cosas para dar marcha atrás a último momento tiene a Estados Unidos saltando de crisis en crisis. En lo que respecta a aranceles sobre las importaciones, la detención masiva de inmigrantes sin permiso de residencia y ahora el impasse con Irán, sus cambios de dirección confunden a aliados y adversarios, e incluso a su propio partido en el Congreso.
Mientras el secretario de estado Mike Pompeo viajaba el lunes al Medio Oriente para tratar de forjar una coalición que se oponga a Irán y el mundo analizaba las idas y venidas de Trump, el presidente estadounidense volvió a causar desconcierto al defender su decisión de no lanzar ataques contra Irán al tiempo que emitía nuevas amenazas.
“Creo que nos hemos mostrado muy controlados. Muy controlados. Esto no quiere decir que no lo vayamos a hacer en el futuro, pero me pareció que debíamos darle una oportunidad”, declaró Trump. “Nos encantaría poder negociar un acuerdo si así lo quieren. Y si no lo quieren, también está bien”.
Su decisión de suspender a último momento ataques en represalia por el derribamiento de un dron no tripulado de Estados Unidos fue apenas uno de varios giros repentinos de la Casa Blanca en torno a asuntos importantes. Durante el fin de semana Trump suspendió redadas en busca de inmigrantes sin papeles que habían causado pánico en esa comunidad. Poco antes había dejado sin efecto los aranceles que amenazó con imponer a las importaciones de M´´exico porque ese país no ayudaba a contener la llegada de migrantes.
El enfrentamiento con Irán, no obstante, es el más riesgoso, ya que los dos países aumentan su retórica y sus acciones ante la alarma del Congreso y del mundo en general por la posibilidad de que haya un conflicto bélico entre Estados Unidos e Irán.
Cuando los legisladores le preguntaron al mandatario la semana pasada cómo tomaría una decisión en torno a Irán, Trump respondió: “Seguiré mi instinto”.
“Nunca hemos visto nada como esto”, expresó el representante demócrata Tom Malinowski, quien fue subsecretario de estado bajo el gobierno de Barack Obama.
“Me alegro de que haya cambiado de parecer respecto a un ataque (contra Irán). Fue la decisión correcta. Pero lo hizo de la peor forma posible”, agregó. “Creo que nadie tiene la menor idea de cuál es nuestra política”.
Incluso sectores republicanos de línea dura como la representante Liz Cheney, hija del ex vicepresidente Dick Cheney, desaprueban el desempeño de Trump. La legisladora dijo por radio que “la debilidad es provocadora” en relación Irán y otros adversarios.
Otros republicanos dicen que Trump simplemente mantiene abiertas sus opciones al tratar de presionar a Irán para que negocie. Contrastan esta estrategia con la de Obama, que hizo un ultimátum a Siria y vaciló cuando los sirios se pasaron de la raya.
Los aliados de Estados Unidos en todo el mundo han guardado silencio en torno a las cambiantes tácticas de Trump y al uso de sanciones económicas para presionar a los adversarios.
Las tensiones con Irán recrudecen en momentos en que aumentan las diferencias entre Estados Unidos y sus aliados europeos acerca de política exterior y comercio.
Los aliados no han criticado las medidas de Trump, pero tampoco se muestran entusiasmados con la idea de crear una coalición mundial contra Irán.
El ministro de relaciones exteriores de Alemania Heiko Maas dijo este fin de semana al canal de televisión ZDF que “la estrategia de aplicar grandes presiones no puede ser la indicada, porque una de las consecuencias es que todos estamos hablando de lo grave que es la situación y de que hay peligro de una guerra”.
Alemania, Francia, Gran Bretaña, Rusia y China siguen siendo parte de un acuerdo nuclear con Irán del que se salió Trump el año pasado, decidido a reformular el pacto con los iraníes en relación con su capacidad nuclear. AP
Donald Trump hablando en la Casa Blanca el 24 de junio del 2019 en Washington. Las marchas y contramarchas del presidente estadounidense lo hacen un aliado imprevisible y poco confiable. (AP Photo/Carolyn Kaster)