NUEVA YORK (AP) -- Muchos musulmanes estadounidenses se han sentido abochornados por la forma en que los candidatos han hablado de ellos durante la campaña electoral, ya sea para tacharlos de posibles terroristas o para describirlos como los ojos y oídos que pueden ayudar a los esfuerzos antiterroristas del gobierno.
Esas visiones, expresadas por Donald Trump y Hillary Clinton, respectivamente, preocupan a los musulmanes, que dicen sentirse encasillados mientras se ignoran sus preocupaciones sobre otros temas.
"Creo que hay cierto nivel de desdén hacia los árabes estadounidenses y musulmanes estadounidenses que permite a los candidatos hablar sobre nosotros, en lugar de hablar con nosotros", comentó Omar Baddar, analista político y productor de medios en Washington.
Chaumtoli Huq, abogada del suburbio neoyorquino de Yongers, se mostró de acuerdo.
"No podemos hablar de asuntos que nos afectan como ciudadanos: educación, empleos, cosas que importarían a cualquier otro votante", explicó. "Es una forma muy desmoralizante de que te vean como parte de este país".
Uno de los momentos más memorables de la campaña para los musulmanes estadounidenses comenzó en la Convención Nacional Demócrata de julio, cuando Khizr Khan habló a los delegados sobre su hijo Humayun, un soldado estadounidense caído en Irak. Trump no tardó en contraatacar a las palabras de Khan en su contra, desatando un episodio casi sin precedentes en el que un candidato a la presidencia de Estados Unidos criticó a una familia militar que había perdido a un ser querido en una zona de guerra.
Huq y otras personas dijeron que la campaña de Trump ha sido claramente la más negativa, empezando por su llamada a prohibir la entrada de musulmanes extranjeros a Estados Unidos como medida antiterrorista.
En el segundo debate de los aspirantes a la Casa Blanca en St. Louis, Trump respondió a una pregunta sobre cómo frenar la islamofobia en Estados Unidos diciendo que los musulmanes estadounidenses deben informar sobre otros musulmanes que muestren un comportamiento peligroso. También repitió la falsa acusación de que los vecinos de los tiradores de San Bernardino, en California, habían visto bombas en el suelo de los agresores el año pasado pero no informaron a las autoridades.
Eso provocó un comentario muy retuiteado del profesor del Brooklyn College, que dijo: "Soy musulmán, y me gustaría informar de un hombre loco amenazando a una mujer en un escenario en Missouri". Para cuando terminó el debate, la réplica había sido compartida más de 32.000 veces y tenía más de 43.000 "me gusta".
En declaraciones a Associated Press, Bayoumi dijo que los musulmanes estadounidenses "se ven señalados hasta tal punto, que su carácter medio de estadounidense se esfuma en el viento".
Pero Hillary Clinton no escapó de las críticas de los musulmanes estadounidenses. Las declaraciones públicas de la candidata demócrata, indicaron, han girado principalmente en torno a decirles lo que podrían hacer para apoyar la lucha contra el terrorismo.
En el segundo debate y cuando respondía a la misma pregunta que Trump, la demócrata dijo: "Necesitamos que los musulmanes estadounidenses sean parte de nuestros ojos y oídos en el frente. He trabajado con muchos grupos musulmanes en todo el país. Me he reunido con muchos y he oído lo importante que es para ellos sentir que son apreciados e incluidos y parte de nuestro país, parte de nuestra seguridad nacional, y eso es lo que quiero ver".
Nour Eidy, alumna de primer curso en la Universidad de Michigan, creció en Dearbon, un suburbio de Detroit, donde hay una gran población árabe y musulmana. Eidy se sintió preocupada por esa llamada a extirpar a los radicales, principalmente porque no ha conocido a ninguno.
"No sé nada sobre el terrorismo. No conozco sus planes, sus estrategias", dijo. "Somos tan víctimas de ellos como cualquiera".
Hussien Kazwini no se opone a las peticiones de que los musulmanes identifiquen a los extremistas peligrosos. Es estudiante universitario en Toledo, Ohio, hijo de padres nacidos en Líbano y señaló que es lo que debería hacer cualquier ciudadano estadounidense.
"Al final, nosotros nos cruzamos con más musulmanes en una mezquita o un acto público", comentó Kazwini. "Quizá tenemos una capacidad de ver con más facilidad si alguien se está pasando al lado extremo".
La frustración con el tema racial es suficiente como para quitarle a Ramah Kudaimi las ganas de votar.
"La gente está tan impactada por lo que dice Trump -que es racista de una forma tan abierta-, que están dándole un pase a Hillary Clinton", comentó el organizador de Washington D.C. "Los demócratas, francamente, no han hecho necesariamente lo que hace falta para conseguir también mi voto como musulmán estadounidense".
En Nueva York, Ahsia Badi señaló que la retórica de campaña también ha afectado a cómo interaccionan los no musulmanes con los musulmanes. "Esta clase de conversación... está obligando a la gente a sentarse y ver que sus amigos, que resultan ser musulmanes, son sus 'amigos musulmanes'''.
Badi, profesional sanitaria de 44 años, tiene dos hijos de 10 y 8 años.
Debido a las asociaciones constantes entre musulmanes y cuestiones de terrorismo, dijo, "me preocupa cómo ven mis hijos sus oportunidades y cuál es su papel" como estadounidenses. News from The Associated Press