Pekín/Washington, 31 de marzo, 2017 (Reuters). Pekín intentaba bajar el perfil a las tensiones con Estados Unidos y mostrar una actitud positiva el viernes, mientras Washington criticaba a China por una serie de asuntos de negocios antes de la primera reunión entre el presidente Xi Jinping y su homólogo, Donald Trump.
El mandatario estadounidense estableció el tono de lo que podría ser una tensa reunión en su complejo turístico de Mar-a-Lago la próxima semana, tras tuitear el jueves que Estados Unidos ya no puede seguir tolerando enormes déficits comerciales y pérdidas de empleos.
Trump afirmó que la esperada reunión, que también se espera que cubra las diferencias sobre Corea del Norte y las ambiciones chinas en el Mar de China Meridional, "será muy difícil".
En forma separada, la oficina del Representante Comercial de Estados Unidos, controlada por la Casa Blanca, dijo que las políticas industriales de Pekín y su respaldo financiero a industrias como el acero y el aluminio han provocado sobreproducción y una ola de exportaciones que han distorsionado a los mercados globales y minado a compañías competitivas.
En un intento por bajar el perfil a las diferencias, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Lu Kang, reiteró su deseo de cooperación en comercio.
"Respecto a los problemas existentes entre China y Estados Unidos en las relaciones comerciales, ambas partes deberían encontrar resoluciones apropiadas de forma mutuamente respetuosa y beneficiosa, y asegurar el desarrollo estable de las relaciones comerciales China-Estados Unidos", dijo en su comparecencia diaria ante los medios.
Los líderes de las dos mayores economías del mundo tienen programado reunirse el próximo jueves y viernes por primera vez desde que Trump asumió la presidencia el 20 de enero.