MADRID/BARCELONA (Reuters) - El líder catalán, Carles Puigdemont, descartó el jueves la convocatoria de elecciones regionales adelantadas para romper el punto muerto entre el gobierno central y los separatistas que quieren abandonar España, agudizando la crisis política.
Se esperaba que el presidente del gobierno regional catalán anunciara la celebración de comicios para frenar las iniciativas de Madrid de hacerse con el control directo de Cataluña.
No obstante, en una esperada declaración institucional en la sede del Gobierno regional catalán en Barcelona, Puigdemont aseguró que no recibió garantías suficientes por parte del Ejecutivo central de que unas elecciones evitarían la imposición del mandato directo.
“Saben que he estado dispuesto a convocar elecciones siempre que se dieran garantías. No se dan estas garantías que justifiquen hoy convocar elecciones”, afirmó.
Según indicó, ahora depende del Parlamento catalán avanzar en el mandato para separarse de España tras el referendo independentistas que se celebró el 1 de octubre, un acto que Madrid declaró ilegal e intentó detener.
La decisión de Puigdemont preparó el escenario para que el Senado español apruebe la intervención de las instituciones y la policía catalana y otorgue poderes al Ejecutivo para destituir al líder catalán. No obstante, también podría generar enfrentamientos en las calles, ya que algunos independentistas prometieron realizar una campaña de desobediencia civil.
La vicepresidenta española, Soraya Sáenz de Santamaría, dijo en una intervención televisada ante una comisión del Senado que los secesionistas mostraron “su cara verdadera”, ya que “no han traído la tierra prometida”, sino solo “ensoñaciones y engaños”.
El objetivo del Artículo 155 de la Constitución, que permitirá el control directo estatal sobre Cataluña, es garantizar que cualquier elección se desarrolla en una situación normal y neutral, aseguró.
La crisis política, la más grave desde el regreso de España a la democracia hace cuatro décadas, ha dividido a Cataluña y generó un profundo resentimiento en otras zonas del país. También ha provocado la huída de empresas de la rica región y ha preocupado a los líderes europeos, que creen que está animando el sentimiento separatista en otras partes del continente.
No está claro aún si el presidente español, Mariano Rajoy, aplicará de inmediato el control directo o solo buscará la autorización del Senado sin hacerlo efectivo sobre el terreno. También es incierto cómo se implementaría en términos prácticos y cómo reaccionarán los funcionarios civiles y la policía regional. Crisis en Cataluña