JERUSALÉN/GAZA (Reuters) - Al menos dos personas murieron el viernes en las multitudinarias manifestaciones en las que palestinos se enfrentaron las fuerzas israelíes, en un “día de furia” convocado para protestar por la decisión de Estados Unidos de reconocer a Jerusalén como capital de Israel.
A lo largo del mundo árabe y musulmán, miles de personas salieron a las calles en el día sagrado de los musulmanes, para expresar solidaridad con los palestinos y malestar con la decisión del presidente Donald Trump que revirtió décadas de política exterior de Washington.
Soldados israelíes mataron a un palestino cerca de la frontera de Gaza, en una jornada que dejó centenares de heridos. Una segunda persona murió como consecuencia de sus heridas, informó un hospital en Gaza.
El Ejército israelí dijo que cientos de palestinos quemaron neumáticos y lanzaron piedras a los soldados a través de la frontera. “Durante los disturbios, los soldados de las fuerzas israelíes dispararon selectivamente contra dos de los principales instigadores y el blanco fue confirmado”, señaló.
Más de 80 palestinos resultaron heridos en la ocupada Cisjordania y Gaza por disparos y balas de goma, de acuerdo al servicio de salud de la Media Luna Roja palestina. Docenas más quedaron afectados por la inhalación de gas lacrimógeno.
Al finalizar las plegarias del viernes en la mezquita de Al Aqsa en Jerusalén, los fieles se congregaron frente a las puertas de la Ciudad Vieja cantando “Jerusalén es nuestra, Jerusalén es nuestra capital” y “No necesitamos palabras vacías, necesitamos piedras y Kalashnikovs”. Se produjeron algunos enfrentamientos entre manifestantes y la policía.
En Hebrón, Belén y Naplusa, decenas de palestinos arrojaron piedras contra soldados israelíes que respondieron con gas lacrimógeno.
En Gaza, llamados a los fieles a protestar se escuchaban en los altavoces de las mezquitas. Hamas ha convocado a un nuevo levantamiento palestino como las llamadas “intifadas” de 1987-1993 y 2000-2005 que provocaron la muerte de miles de palestinos y más de 1.000 israelíes.
“Quienquiera que traslade su embajada a la ocupada Jerusalén se volverá un enemigo de los palestinos y un blanco de facciones palestinas”, dijo el líder de Hamas, Fathy Hammad, mientras manifestantes quemaban afiches de Trump en Gaza. “Declaramos una intifada hasta la liberación de Jerusalén y de toda Palestina”.
El anuncio de Trump del miércoles enfureció al mundo árabe y molestó a aliados occidentales. El estatus de Jerusalén ha sido uno de los mayores obstáculos a un acuerdo de paz entre Israel y los palestinos durante generaciones.
Israel considera a todo Jerusalén como su capital. Los palestinos quieren la parte este de la ciudad como capital de un futuro estado independiente.
La mayoría de los países consideran a Jerusalén Este, que Israel capturó y anexó en una guerra en 1967, como territorio ocupado, incluyendo a la Ciudad Vieja, que alberga sitios considerados sagrados tanto por musulmanes como por judíos y cristianos.
Durante décadas Washington, como la mayor parte de la comunidad internacional, se abstuvo de reconocer a Jerusalén como capital de Israel, argumentando que su estatus debe ser determinado como parte del proceso de paz palestino-israelí. Ningún otro país tiene su embajada allí.
El Gobierno de Trump argumenta que el proceso de paz está casi muerto y que se deben dejar de lado las políticas obsoletas para que las partes en conflicto puedan avanzar. Jerusalén